"Yo quiero ser Popular"
La villana de "Patito Feo", el último fenómeno televisivo juvenil, toma partido en la guerra entre "Divinas y Populares". Y confiesa su sueño de alcanzar una estrella.
Ella está ahí, de tacos, con el look que cruza a Paulina Rubio con Rita Turderos, la "Pantera de Mataderos": calzas fucsia furioso, chaqueta charol chillón y botas de cocodrilo verde loro. ¡Acción! En esta escena, Antonella se enfrenta a la heroína, Patito, con el vestuario de saldos de una madre desastrada y el pucherito como reacción reflejo: las dos trazan una línea que divide la infancia tardía de la adultez precoz de la que tiene destino de sex bomb.Antonella, el personaje más adorado e irritante de la TV juvenil reciente, es Brenda Asnicar (16), que en este country en Pilar donde se graban los exteriores de Patito Feo, parece tan Antonella como en la tele: "The Life Goes Pop", declara su remera y ella, en mímesis con el personaje, destapa su potencia de superestrella.–¡Mirá Shakira lo que logró! ¿Será el destino de Antonella? No sé, pero espero que sí el de Brenda, y no sólo por los millones– dice Brenda, guiñando un ojo y riendo con esos dientes de porcelana de Brenda.Esta segunda temporada de Patito Feo empieza con un furor por Antonella, ella todo animal print. En la ficción, Lucho Avilés zafa por unos segundos del ostracismo del cable y vuelve en fugaz cameo a la TV abierta, para hablar de "la estrella pop del momento". Ella dirá: "¡La diosa, única, bonita y DIVINA soy yo! ¿Qué sería de Soda Stereo sin Cerati?". En la realidad, Brenda no tiene ninguno de los caprichos de la star, pero comparte dilema con la diva púber: "El éxito te hace vivir en las nubes".–Es cierto que el éxito te hace vivir en las nubes si se vive como Antonella. Fijate en Britney, sus problemas con las drogas. Pero yo soy Brenda, Brendita, Brenchu, la de toda la vida, nunca me tuvieron que decir "chiquita, no"."Nena, ¿cuándo cumplís los 17?", le tira los perros de la calle Andy Kusnetzoff en el aire de La Metro, al filo del estupro, y ella contesta en un recreo del turno mañana de segundo polimodal en el Colegio Nuevo de Las Lomas, en San Isidro. Ya padece el mal del famoso: agenda apretada. La pausa brevísima de la grabación le da el tiempo justo para un pico a su novio Andrés Gil (18), que actúa de Bruno en la novelita. "La sigo de cerca por si esto dispara para cualquier lado", confía Adriana, la mamá consagrada a acompañar a la nena con la voluntad del que entrena un potrillo (¡potra!) ganador, y el cronista, que fantasea con la idea de estar entrevistando a los padres de Shakira hace quince años, sobreactúa de generoso y les regala recortes con notas de la nena, que juntó como documentación.–A ver, ¡ésta no la tengo!– se lamenta Adriana, codiciando una central de Clarín Espectáculos.–Te la regalo– desprendido.–Sho soy la única que vio cada episodio y tengo tooodos los capítulos grabados: es una herramienta para ver si hice algo mal– roba cámara la menor, con esa irresistible sonrisa de Brenda."Es respetuosa, responsable y cariñosa con su mamá", opina Marcela Citterio, guionista de Patito Feo y la bendice: "Tiene las ganas y la fuerza para ser una popstar". Fanática de Britney ("mis amigas me aconsejan que no lo diga"), Brenda empezó a los 5 años con el baile y compartió los inicios rigurosos de cualquier niño artista: el casting. "Pero cuando la vimos por primera vez entre cientos de chicas, lo supimos", se jacta Marcela: "Es Antonella". Si un axioma de la cultura pop de estos días indica que "las nenas siguen a las Populares y las grandes, a las Divinas", Brenda toma partido y habla en plural: "Antonella y yo amamos la música, cantar, bailar. Pero en la vida real, yo quiero ser Popular". Sin la purpurina que hace brillar al personaje, la rutina sabatina le impone diversión hogareña, ni siquiera matiné: "La noche está llena de excesos". Como en el caso del futbolista virtuoso, aun el tiempo libre será para "la concentración": Brenda se quedará en casa con amigas, en maratón de helados y alquilando películas de las que tal vez copiará un paso, un mohín. Y mientras las revistas hagan sociología de periodistas sobre el triunfo de la mala linda, ella tiene su teoría:–Todo el mundo se quiere ver divino, pero eso no es lo más importante al definirse como persona. Todos tenemos cosas de Divinos y Populares: estar lindo y además ser bueno no es un pecado.Los gurúes de la industria le auguran futuro de estrella y, aunque el minuto a minuto le imponga a los guionistas que la trama ya no siga el derrotero de Antonella superstar, La vida es una fiesta, el tercer disco de Patito Feo que salió ayer y hoy ya es de Platino, tiene por primera vez a la mala en tapa: ver su cara en la batea de una disquería acercaría a Brenda al sueño de ser una popstar.–Sí, pero creo que hay tiempo para todo– dice, y se apura: a los colados nos retan porque entramos en cuadro y a ella la llaman para otra escena y se aleja, sacudiendo esa melena de Brenda.
